Tal y como os vaig expliqué en la entrada sobre mi experiencia en Argillà – Feria internacional de cerámica, os hago una entrada centrándome en el taller -y el proceso- de la cocción de rakú que como cada año se hace en Argillà.
El taller empieza con una breve explicación de la técnica de origen oriental del rakú que ahora veremos con imágenes y sobre cómo esmaltar las piezas para que queden bien. Se recomienda no utilizar más de dos o tres esmaltes diferentes -de los cuales hay una muestra para cada uno- e intentando no mezclarlos y trabajando por inmersión total/parcial o llenando y vaciando las piezas.
Pero antes de esmaltar las piezas hace falta:
1. Recordar el número que la pieza escogida -ya biscuitada- tiene en la base para poder recuperarla una vez cocida
2. Limpiarla bien con un pincel para que no quede polvo entre el esmalte y la pieza
Una vez escogido el esmalte que queremos aplicar a la pieza, será necesario que antes de aplicarlo lo mezclemos bien para que quede una mezcla homogénea:
Y una vez listo el esmalte, ya podemos aplicarlo: por inmersión, llenando y vaciando la pieza,…
- Después de mezclar bien el esmalte escogido, empecé esmaltando el interior llenando la pieza con esmalte.
- El esmalte no puede quedar mucho rato dentro de la pieza ya que esta va absorbiendo el agua y no es recomendable hacer una capa demasiado gruesa ya que podría quedar mal e incluso saltar
- A la hora de vaciar siempre queda sucio por fuera hehe
- Pero como lo que quería era esmaltar la pieza por fuera, submergiéndola, no pasa nada. Por cierto, en teoria cuando se hace con la pieza vacía del revés, se hace una burbuja dentro que no permite que el esmalte a la parte interior!
Una vez esmaltadas las piezas hace falta que el esmalte se seque y por eso las iban dejando sobre el horno caliente, que no aún no quemaba:
Cuando el horno está suficientemente caliente, se abre para poner las piezas y se cuecen hasta 900C. Una vez se llega a esta temperatura, se abre el horno y salen las piezas incandescentes al rojo vivo:
Como veis es mucho más impresionante ver el proceso de noche:
Però el procés no acaba aquí, ara cal col·locar les peces en un contenidor metàl·lic, al qual se li afegeixen serradures que amb la calor s’encendran i -una vegada tapat el contenidor- anarant fumant les peces a través de les craquelacions de l’esmalt i les zones no esmaltades, que quedaran de color negre.
Passats uns minuts ja es poden anar recuperant les peces i per a refredar-les, es posen en galledes plenes d’aigua.
Una vez se han resfriado, ya solamente quedará coger un estropajo «nanas» y fregar los restos de la cocción (mirad que fregadero más chulo nos montaron!) 🙂
Y bien, dejarla unos días fuera porque el olor de quemado se vaya yendo jeje
Aquí tenéis el resultado del mi jarrón 😛
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