El libro

Después de meses de no pasar por aquí, este diario de Virginia Woolf me ha devuelto las ganas de escribir.

Se trata de una selección -a cargo de su marido- de las entradas que la escritora iba haciendo en sus diarios mientras escribía sus reconocidas novelas, donde explica la espera de las críticas a sus escritos, dudas que le surgen al escribir, todos los libros que le gustaría leer…

Pero hoy no venía para haceros una reseña del libro, de hecho a día de hoy todavía no lo he terminado. Sino simplemente, un poco como hacía ella, a vaciar mis pensamientos.

Reflexiones

Llevo unos meses en baja forma a nivel de salud y he tenido que bajar mucho el ritmo, como nunca de hecho. Al principio lo llevaba muy mal a nivel mental, me sentía inútil y me angustiaba no poder hacer nada -tenía la sensación de ver la vida por un agujerito, las redes sociales- pero hace unos días retomé el hábito de leer y pienso que me ha hecho muy bien. Además -espero poder hacer una entrada al respecto pronto- este primer semestre estudiando bellas artes he hecho una asignatura que se llamaba «taller de escritura» en la que nos propusieron que escribiéramos nuestro diario de artista. Y aunque no lo hice como tal, si que me sirvió para recordar cuánto me gustaba escribir de menor, y para animarme a “currarme” bastante los diferentes trabajos tanto de ésta como otras asignaturas.

Y es que no puedo evitarlo, creo que lo que más me gusta del mundo es aprender.

Sea como fuere: leyendo libros de ensayo, novelas, no dejando de estudiar, escuchando un podcast, mirando instagram, dando clase a mis alumnos, haciendo cursos de domestika -algún día hablaremos de ello-, tratando de hacer cosas nuevas… Y cada vez que me doy cuenta y me pongo, me siento mejor.

Y me encanta también compartirlo, pero como perfeccionista de nacimiento que soy, me cuesta hacerlo. Supongo que por eso, al leer a Virginia Wolf, de quien tanto me gustó leer el manifiesto “una habitación propia”, y al que tanto respeto tengo, escribir casi a chorro, me ha animado a hacerlo también.

Aunque me leáis cuatro gatos.

Y creo que incluso me ha dado energía para escribir algo más allá, aunque todavía no sé el qué. Supongo que no poder hacer cerámica y casi nada que implique un mínimo esfuerzo físico está ayudando a ello.

Y es que parte de aprender necesito crear, al final será verdad que hay una artista en mi interior.

Aunque me cuesta ver ya que desde pequeña no he tenido las inquietudes que normalmente ayudan a una misma a darse cuenta: no me acaba de gustar dibujar o pintar, pero si la música, escribir, hacer bonitas las portadas y los dossieres del cole, la cerámica, coser…

Bien, espero que hasta pronto!

Gracias de nuevo a todas aquellas que me leéis 🙂

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